Buenas tardes.
Como portavoz del grupo Ojos de Mujer, quiero dar las gracias a los organizadores y representantes de FUNDAZ, de la Biblioteca Hypatia de Alejandría, de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza, y a todos los socios de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza por haber hecho posible esta exposición.
Gracias también a todos familiares y amigos por vuestra asistencia y apoyo.
Me hace mucha ilusión volver a exponer aquí (a comienzos de 2018 expusimos “Mucho más que agua”). Es un sitio donde las fotografías forman parte de la propia biblioteca: No se cuelgan las fotografías para que decoren las paredes, sino que las tratan como libros abiertos, fuente de información que se complementa con los propios fondos de la biblioteca -que tengan relación con el tema.
En esta ocasión hablamos de la vejez, de la tercera edad, … de los abuelos. Es una exposición que nos encargó FUNDAZ para celebrar su X Aniversario el pasado mes de septiembre y que pudimos ver en el Centro Joaquín Roncal, con una distribución circular adaptada al espacio.
Si a las personas “mayores” las considero como “bibliotecas de conocimiento”, imaginaos que no hay mejor sitio para estas fotos.
Y si hablamos de cumplir años, os recuerdo que la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza cumplirá cien años en 2022, por lo que os invitamos a sumaros a los diversos homenajes y celebraciones fotográficas que tendrán lugar.
He de confesar que yo entré en la Fotográfica en 1998, casi por casualidad, para ayudar a mi abuelo a revelar sus fotografías en el laboratorio (ya que no veía muy bien). Y terminé revelando mis propias fotografías.
Como estábamos un grupito de fotógrafas bastante activo, se nos propuso exponer juntas en 2002 (en la antigua sede de plaza San Francisco). El resultado fue tan positivo que se repitió la experiencia casi cada año, en distintos puntos de la ciudad o fuera de Zaragoza. Cuando cumplimos 10 años hicimos una retrospectiva en la actual sede de la calle Luis del Valle, coincidiendo con los 90 años de la Sociedad.
Ojos de Mujer es el título de una de las primeras exposiciones, lo puso libremente Carlos Barboza al diseñar el cartel. Las letras negras con fondo rojo eran tan llamativas, que conservamos el diseño.
Ojos de Mujer, como decía, somos una representación de las fotógrafas de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza. Cada una decide participar o no en cada exposición, es por eso que el número de integrantes ha ido variando, aunque sí es verdad que el grupo inicial se ha mantenido. Además cada una somos libres de elegir nuestras propias fotos, por lo que cada exposición es diferente a la siguiente, apreciándose la variedad de temas, estilos y técnicas que se emplean. Quizás esto sea lo que más nos identifica y lo que vais a ver también en esta ocasión.
La exposición se llama PLENITUD, sobre todo con el sentido “estar lleno de…” a lo que se añadiría experiencias, recuerdos, enseñanzas y por qué no, achaques y arrugas. El único requisito que nos pidió FUNDAZ fue que fuera una exposición sobre “la alegría de vivir”. Así que cada una de nosotras hicimos una introspección. No fue nada fácil responder a tantas preguntas que nos surgían.
Fue tan profunda esta introspección que al querer escribir un texto introductorio de la exposición basándome en las fotografías, terminé escribiendo un poema, que luego os leeré.
Así que como decía. para inspirarnos miramos el significado que se da a la vejez en otras culturas, y terminamos con lo que más cerca teníamos, nuestra experiencia personal. Por eso en unas fotografías veis a “abuelos” y otras tienen un sentido metafórico. (Os invito a leer las cartelas que las acompañan).
Así que vuelvo a hablar de mi abuelo (y espero no emocionarme), al que tengo presente casi todos los días, y me siguen haciendo sonreír sus sabias frases, su forma de ver la vida…
Por ejemplo, mi abuelo decía a menudo que no quería ir con viejos (y lo seguía diciendo a los 90 años). No paraba quieto en casa y tenía numerosas aficiones (entre ellas la fotografía). No se consideraba un viejo, por lo que a mí me llamaba su “sobrina”… (una manera de quitarse años). Todo esto para decir que lo importante es cómo uno se siente, lo que uno es.
Mi fotografía se llama “Esencia”. Son unas manos que cogen con cuidado una rosa de tela. Esa rosa somos nosotros, nuestra alma si queremos llamarlo de alguna manera. Como es de tela no se marchita con el paso del tiempo, pero la tenemos que cuidar (de ahí las manos). Siempre me ha fascinado la idea de que aunque pase mucho tiempo y el cuerpo envejezca, hay algo que hace que sigamos siendo nosotros.
Gracias.